Bueno, pues hasta luego :)

Que diez años no son nada, que seguir cuesta muy poco... todo eso lo entiendo, pero es que hacía ya demasiado tiempo que no me lo pasaba realmente bien escribiendo aquí. Es decir, no es que lo pasara mal, pero tampoco disfrutaba como puerco en chiquero. Ya no era el escribir sobre mis rollos sino sobre los rollos de los otros y claro, uno se aburre, la verdad.

Así que seré muy escueto. Haciendo trail me lo he pasado en grande. He dado testimonio de mi segundo país y lo he contado como mejor he sabido: He hecho pelis, proyectos europeos, viajes, amigos, exposiciones, libros, hasta he jugado con un colegio entero entre otras mil cosas.

En el entretiempo he crecido como persona y este blog también da testimonio de ello, así que no te pienses que porque diga que me aburro no significa que vaya a dejar de escribir. Eso ni soñarlo. Seguiré, en un formato diferente, renovado y ah... no solo sobre Polonia y España. Cuando sea momento de mostrarlo te lo diré, eso es seguro.

Ha llegado el momento de cerrar este local, disuélvanse los manifestantes, chapen la garita. Y con esto, bueno, pues hasta luego :)

Javier


De vuelta a casa

Lleva tres días diciendo que le va a venir a buscar su papá. Ha estado conmigo, ha venido a visitarme a Wro. La he llevado por el Rynek nevado, por el primaveral y por el estival. Le he comprado globos, la he llevado a la Sala Stulecia, al Kinderpark, al parque, al río. Pero no estaba en casa con Mickey, guau, lala, kitty kitty. Por unos meses su papá se había ido y solo nos veíamos cuando su madre le daba el móvil con el skype puesto, y ella se iba sola a su cuarto para darle besitos a la pantalla. No dejaba a nadie sentarse en mi silla. ¡Es de papá!

Muchas noches dormía con una letra que me regaló mi nena antes de irme. De madera, de color rojo. La he agarrado muy fuerte para recordarme en todo momento quién tiene la llave de mi corazón. Derrites la nieve, lo aguantas todo por tocar el timbre.

¡Stefa! ¡Que ha venido el papá! Sale corriendo con los brazos estiradísimos al cielo. No sabemos qué decirnos, pero tenemos mucho tiempo para ponernos al día. Mira Papá, un columpio, y mira Papá, esto es una flor, y esto es un río pero tiene poco agua. Y he comido muy bien.

¿Te volverás a ir?

(bajito) Nunca más.

(bajito) Vale Papá.

(bajito) Vale.

En resumidas cuentas


Camino por el Rynek hasta la Świdnicka, allí suelo cambiar pasta. Wro tiene el cuadro más grande del mundo, tan grande que lo llaman Panorama. La Świdnicka tiene la mayoría de oficinas de cambio de la ciudad y hay que saber negociar, banqueros, gente chunga. Llueve a mares, y antes de meterme al subterráneo de las vías tranviarias veo un KFC igual a los Halcones de la Noche. Con semejante panorama, el Rynek, la Świdnicka, el KFC, el cuadro gigante, la lluvia, me he dejado la pasta en el hostel, vale Javier, guay tronco.

El grito de Munch, apenas un maullido comparado con el palabro al cobijo del subterráneo. Cambiaré la pasta mañana. Telefonazo. Esta semana se juntan el segundo festival de Jazz, el festival de música judía, inauguraciones y clausuras, en resumidas cuentas, que estaría bien dejar de ser el tipo que viene y va.

Los próximos meses pienso multiplicarme por mil. Me han salido cosas en España, pero no piendo abandonar todo esto.

Hago cuentas. No voy a cambiar pasta.
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