Evitando en lo posible referencias de terceros, ahí va un relato desordenado del lugar donde, mira por dónde, nació Polonia. Esta no pretende ser la guía oficial del turista en Poznań, pero sí un buen complemento de la que te compres por ahí (y en español, ojo ¿eh?)
POZNAN
Los orígenes de Polonia.
El primer duque polaco, Mieszko I (que traería el cristianismo a Polonia), establecía su sede aquí mismo, no tardando mucho en erigirse la catedral de San Pedro y san Pablo que, si se empeñán, diré que entrando a la izquierda se puede bajar a donde se encuentran enterrados Mieszko I y el hijo de éste, Bolesław I "El Valiente", quien ya se coronaría rey de Polonia.
Sin duda es un lugar apasionante la catedral, no ya por ser el origen de la historia polaca, sino porque entre sus muros enclavados en la del río Warta, se encuentran capillas de indudable valor histórico, artístico, y simbólico. En Polonia el valor de los símbolos se torna incalculable si echamos la vista hacia atrás.
Por si acaso esta historia parece insuficiente, cabe decir que no muy lejos de Poznań, a unos veinte minutos en coche, se encuentra el palacio de Rogalin (merece la pena visitar el de Kórnik, a poco de allí), en su día accidental sede presidencial de Polonia, a cuya espalda encontraremos un viejo bosque. Allí, tres árboles destacan por su extremada vejez, y son los llamados hermanos, Czech, Lech y Rusz. Czech fundó Chequia, Lech hizo lo propio con Polonia y Rus... bueno, imaginaos qué.
STARE MIASTO (ciudad antigua)
El Ayuntamiento del arquitecto Quadro y las dos cabras.
Hace muchos años, el chocar de cornamentas de dos machos de cabra, en lo alto de un monte (algunas leyendas cuentan que estaban siendo perseguidos por un cocinero y que subidos a lo alto del ayuntamiento se liaron a cabezazos), alertó a los campesinos de Poznań de que su ciudad se encontraba en peligro de arder bajo las llamas de un incendio próximo a la ciudad. Aquellos animales pasaron al imaginario de los pobladores, pasando a ser un símbolo más de Poznań. Si os fijáis bien, las hallaréis en los emblemas deportivos, las cervezas, restaurantes, empresas y... en la fachada del ayuntamiento, a las doce del mediodía, una vez ha salido el trompetista de rigor, dos pequeñas cabras salen por unas portezuelas de lo alto del edificio consistorial y chocan sus cabezas doce veces.
Un buen consejo es estar unos veinte minutos antes, sentarse en la terraza del bar, pedirse un buen batido, y disfrutar. En verano, es recomendable hacerlo así porque los turistas "aborregaos" se pondrán en masa en la calle, mientras disfrutas sentado gracias a tu previsión.
Los más avezados descubrirán que algunas cosas en el edificio del ayuntamiento no son simétricas, como por ejemplo la torre del campanario, la cual no está en el centro de la planta. Eso es debido a las sucesivas restauraciones y ampliaciones que ha sufrido, así como las representaciones de hombres ilustres y reyes de la fachada, cuya última restauración descubrió unos colores demasiado brillantes para el gusto general, lo que llevó a tamizar su brillantez y "suavizar" sus tonos.
Stary Rynek (mercado antiguo)
Mercados, restaurantes, bares y discotecas componen una gran parte del mercado antiguo, superviviente éste a la guerra, y con fachadas de gran historia. Por ejemplo, lo que hoy es una cafetería conserva la cubierta en su entrada que libró a un rey (sueco) de Polonia de meterse una leche contra el suelo. Esto es poco sabido a dío de hoy, hasta por los propios habitantes de la ciudad.
Personalmente, animo a perderse más allá de la plaza del mercado, y a visitar tanto la iglesia jesuíta de Fara (con advocación a San Estanislao de Kostka) recientemente restaurada y de estilo ecléctico en su interior. De nuevo, sólo los más avispados podrán localizar en su interior una figura del navarro San Francisco Javier, ¿se animan?. Anexo a la iglesia de Fara, el edificio administrativo del actual Ayuntamiento continua el estilo de fachada (no en vano fue en el pasado el colegio perteneciente a la misma). No muy lejos está el museo etnológico, no perdérselo.
La parte vieja de la ciudad alberga un muy buen museo de Arte Contemporáneo y otro museo Nacional de Arte, siguiendo la acera del Hotel Bazar hacia abajo, para que os orientéis. Dentro del casco viejo, pequeños museos se hallan allí, aunque personalmente lo que más me gustan son los mercadillos. Con el buen tiempo, el casco se llena de todo tipo de artículos de utilidad discutible en muchos casos, pero de gran interés ocasional.
¿Que qué es el Hotel Bazar? Ah, vale...
En los límites del Stare Miasto, se encuentra el Hotel Bazar, desde donde se conspiró para la revolución y el alzamiento del 27 de diciembre de 1918 contra Prusia. En ese mismo día, se ganaban ocho pueblos de los alrededores, se capturaban las oficinas de correos y la estación de tren, y se conseguía controlar parte de las fortificaciones militares. Al día siguiente, se capturaba la Ciudadela, otro fuerte militar y la armería. El 29, otros tantos pueblos quedarían liberados y la ciudad se prepararía para el contraataque alemán. Mientras esto ocurría en Poznań, en toda Polonia se combatía, pueblo a pueblo, hasta la instauración del Tratado de Versalles.
Los posnanienses son gente bastante civilizada y ordenada en contraste con sus compatriotas más al este. Huelga decir que las sucesivas revoluciones que perpetraron los polacos en pos de su libertad fueron, en Poznań, un ejemplo de organización civil. Si se deseas saber algo más del único levantamiento polaco que logró sus objetivos, cabe decir que el espíritu de la rebelión nació, ni más ni menos, de un pianista llamado Paderewski (entre otros).