Me llegó la invitación para ir a Lublin. Coincidía con las fechas programadas en Belchite. Me disculpé. Era el primero en querer ir pero aquello era importante para mí. Nos deseamos suerte. Habíamos trabajado mucho. Me fui a Lublin.
La tarde de antes del estreno, con todo montado y realizándose las pruebas, un coche llega al poblado viejo. Se bajan dos tipos que dijeron ser de "Patrimonio", y sin encomendarse a santo ni a virgen o mártir prohibieron la realización de la obra. Al mismo tiempo que los “agentes” realizaban preguntas a los trabajadores de la compañía teatral con el fin de recabar datos para adornar lo que en suma habían sido enviados a hacer, por Belchite viejo pasaban -como siempre han pasado- tractores, grúas y rebaños de ovejas y cabras. Ese día no tocaba rodar películas porno, celebrar misas por Franco a cargo de agrupaciones fascistas con su uniforme y todo (ese teatro sí tiene permiso) o grabar programas televisivos que emplean su tiempo en buscar psicofonías.
En suma, una acción que hubiera ayudado a desprender del pueblo viejo connotaciones que hace años debieron ser erradicadas ha sido la palanca para convertirlo en un pueblo muerto. Supongo que será lo que quieren aquellos que se empeñan en atornillar el yugo y las flechas en sus propias casas, que lo muerto siga bien muerto, pero no es lo que queremos la mayoría. ¿Qué es lo que la Diputación General de Aragón quiere?
Hace lustros que el pueblo viejo de Belchite debería haber sido puesto en valor. Venga chicos, animáos, que no se pueda especular con sus tierras no lo convierte en terreno baldío. Algunos creemos que podría ser un lugar perfecto para la educación en la paz como Sarajevo, Oradour-sur-Glane o Auschwitz pero claro, olvidaba que la seguridad es lo primero y que a Patrimonio todo esto “le ha pillado por sorpresa”. Es fascinante.
No por mucho más tiempo se podrá mantener a este lugar en la profilaxis permanente a la que los gobiernos de Aragón lo han condenado. Sugiero al actual que tome cartas en el asunto sobre Belchite viejo y de paso también en el campo de trabajos forzados y concentración de Franco a pocos kilómetros de allí, al que los vecinos denominaban habitualmente “Rusia”, y del que quedan no pocos restos.
La representación de la compañía teatral ZAR, pagada por el semestre presidencial polaco de la UE y que sería repetida en el Matadero de Madrid el siguiente fin de semana y poco después en París, se estuvo publicando desde junio en la prensa aragonesa y nacional. En repetidas ocasiones se anunció que se había llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Belchite para realizar su obra allí por lo que la “sorpresa” manifestada por Patrimonio es falaz, es mentira.
Preferiría tener un gobierno que no manifestara su “sorpresa” para después censurar, sino que censurara lo que allí ha ocurrido durante décadas y nos sorprenda a todos haciendo algo bueno para Belchite y, en general, a todos. Y de paso, no espantar lo poco que pasa por allí.