Para el regente de la Corresponsalía Centroeuropea del ABC, la Polonia encaramada al candelero con sus elecciones ligadas al drama de Katyń no debería ser vista como Polonia "A" o Polonia "B". Una, la del espinazo doblado ante sus nuevos dueños, u otra, a la defensiva y ultramontana, son sin duda dos visiones demasiado simplonas.
En su artículo, Ramiro Villapadierna muestra respeto por el lugar que pisa. El Hotel "Bristol" de Varsovia, cuya foto de la estrella local Nina Andrycz bajando una escalera esboza duchampianas y poliédricas posibilidades de un país nacido, al menos a tenor de su historia y no sin razón, para sobrevivir a base de redaños y mala leche.
Escribir sobre el hecho de que un español se acerque a la realidad polaca con las gafas limpias y pulcro rigor intelectual no debería ser noticia, al menos, no tanto. Pero visto lo visto, toca hacer piña.
Gana Komorowski.
Tras una apretadísima segunda ronda, el recuento de votos da la victoria al actual presidente del Parlamento Polaco y Presidente en funciones de Polonia, Bronisław Komorowski.
El fallecimiento del anterior presidente Kaczyński en un trágico accidente de avión precipitó los resortes constitucionales de Polonia, cuyos preceptos obligan a que en casos como éste el presidente del Congreso supla la máxima figura del país por un periodo nunca mayor a dos meses, tiempo que se dedicará a preparar las elecciones entre otras obligaciones no menores.
Dos meses en los que el duelo por Lech Kaczyński ha pasado por etapas de incredulidad ante la brutal casualidad de producirse en Katyń, lugar mitificado por la idiosincrasia nacional a raíz del asesinato a sangre fría de más de 20.000 polacos durante la II Guerra Mundial a manos del ejército ruso. Posteriormente, la polémica estuvo servida al ser enterrados tanto Kaczyński como su esposa en la Catedral de Wawel, lugar exclusivo para los linajes reales de Polonia, y por tanto cerrado a nuevos huéspedes. Por último, la irrupción de su hermano gemelo (y ex-Premier polaco) Jarosław Kaczyński en la carrera presidencial no hizo sino embarullar aún más un proceso marcado por la tragedia, cuyo balance aún está por superar y por muchos años.
Finalmente, ocurre que los polacos han preferido que sean los liberales quienes rijan el destino del país durante los próximos años. Komorowski no es ningún extraño, pues le avala haber militado en el Sindicato "Solidaridad" y haber participado en el gobierno de Jerzy Buzek, actual Presidente del Parlamento Europeo. Sin embargo, su participación en esta última campaña presidencial ha sido un pelín escueta, lo que le ha hecho perder votos a favor de Kaczyński, quien ha estado luchando por la victoria hasta el final, a pesar de tener todas las encuestas en contra, mucho más al comienzo de la campaña que al finalizar ésta.
Yo sólo espero que con estas elecciones se acaben las noticias-consuelo con que el periodismo español ha venido tratando todo este proceso. Se debe mencionar que el mismo día del accidente hubieron cadenas de televisión en España que abrían noticiarios comentando el "teletubbie-gay" o "el que queda vivo es el radical". Yo creo que deberían reflexionar sobre los modos en que se debió tratar la noticia. Supongo que a lo largo del día de hoy lo sabremos.
Felicidades a todos, pues según Komorowski: "Ha ganado la democracia polaca".
El fallecimiento del anterior presidente Kaczyński en un trágico accidente de avión precipitó los resortes constitucionales de Polonia, cuyos preceptos obligan a que en casos como éste el presidente del Congreso supla la máxima figura del país por un periodo nunca mayor a dos meses, tiempo que se dedicará a preparar las elecciones entre otras obligaciones no menores.
Dos meses en los que el duelo por Lech Kaczyński ha pasado por etapas de incredulidad ante la brutal casualidad de producirse en Katyń, lugar mitificado por la idiosincrasia nacional a raíz del asesinato a sangre fría de más de 20.000 polacos durante la II Guerra Mundial a manos del ejército ruso. Posteriormente, la polémica estuvo servida al ser enterrados tanto Kaczyński como su esposa en la Catedral de Wawel, lugar exclusivo para los linajes reales de Polonia, y por tanto cerrado a nuevos huéspedes. Por último, la irrupción de su hermano gemelo (y ex-Premier polaco) Jarosław Kaczyński en la carrera presidencial no hizo sino embarullar aún más un proceso marcado por la tragedia, cuyo balance aún está por superar y por muchos años.
Finalmente, ocurre que los polacos han preferido que sean los liberales quienes rijan el destino del país durante los próximos años. Komorowski no es ningún extraño, pues le avala haber militado en el Sindicato "Solidaridad" y haber participado en el gobierno de Jerzy Buzek, actual Presidente del Parlamento Europeo. Sin embargo, su participación en esta última campaña presidencial ha sido un pelín escueta, lo que le ha hecho perder votos a favor de Kaczyński, quien ha estado luchando por la victoria hasta el final, a pesar de tener todas las encuestas en contra, mucho más al comienzo de la campaña que al finalizar ésta.
Yo sólo espero que con estas elecciones se acaben las noticias-consuelo con que el periodismo español ha venido tratando todo este proceso. Se debe mencionar que el mismo día del accidente hubieron cadenas de televisión en España que abrían noticiarios comentando el "teletubbie-gay" o "el que queda vivo es el radical". Yo creo que deberían reflexionar sobre los modos en que se debió tratar la noticia. Supongo que a lo largo del día de hoy lo sabremos.
Felicidades a todos, pues según Komorowski: "Ha ganado la democracia polaca".
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