Es el título usado en esta página web para el 25 aniversario del sindicato Solidaridad en Polonia. Me encontraba en Gdansk cuando todas las celebraciones tuvieron lugar, pero me fue imposible obtener una entrada para el concierto de Jean Michel Jarre en los astilleros (de todas formas, no es que me apasione).
En Agosto de 1980, diversas huelgas darán como resultado un mes más tarde, el 22 de Septiembre, el primer sindicato independiente del viejo bloque comunista. Solidaridad, que combina todos los sectores de Gdansk (más conocido, en aquel entonces, por su antiguo nombre alemán "Danzig") en un evidente desafío al gobierno comunista, que finalmente no pudo disolverlos.
La cabeza visible es un electricista llamado Lech Walesa, elegido interlocutor por sus compañeros de trabajo. Tenían todo en contra de sus objetivos, dado que todas sus demandas estaban directamente conectadas con la democracia, pero a través del soporte internacional y, sobre todas las cosas, la campaña pro-legalización que inició el propio Juan Pablo II y que sería el inicio del fin de todo el bloque del Este.
Solidaridad se ha convertido en parte de la historia reciente polaca, como paso último que trajo la democracia al país. Hoy, el sindicato pervive como peso pesado, con gran influencia todavía en decisiones de los sucesivos gobiernos, pero gracias a Dios permaneciendo fuera de ellos.
Lech Walesa es hoy una figura vista con gran afecto, y en cada votación existe siempre la posibilidad, cada vez menos inquietante, en que Walesa amenaza con volver a presentar su candidatura.
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