No pudiendo asistir a su propia ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en 1983, Lech Wałesa ha sonado hasta el último minuto como posible representante de Liu Xiaobo, quien se encuentra en arresto domiciliario en Pekín, para recoger el premio en su nombre.
Wałesa no ha perdido la oportunidad de embestir sin piedad contra los países que no han asistido a tal ceremonia por alinearse con China, y muy especialmente al mayor de ellos: Rusia. .-"Esto revela lo que estos países piensan de la libertad y los derechos humanos", enuncia el líder sindical y ex-presidente polaco.
En la ceremonia, una silla vacía simboliza la presencia de Liu Xiaobo, así como una gran fotografía del disidente chino en el estrado del Ayuntamiento de Oslo. A la hora de emitir el discurso de entrega todos los asistentes han aplaudido de pie.
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