Gazapo del Ministro de Asuntos Exteriores M. A. Moratinos al citar la procedencia cordobesa del mercante hebreo sefardita Ibrahim Ibn Jaqub. Es totalmente cierto que por sus letras se supo por primera vez de la existencia de Praga y Cracovia, pero bien haría en reconocer que Ibn Jakub, o simplemente Ben Jacob en hebreo, fue conocido como Ibrahim Ibn Jaqub al Turtushi, es decir, que era de Tortosa, en el delta del río Ebro.
Tampoco sabemos con exactitud la magnitud de su obra, ya que lo que nos llegan son algunos retazos de sus letras en el "Libro de los Caminos y los Reinos" (Kitāb al-Masālik wa-al-Mamālik) escrito por el geógrafo e historiador de origen onubense Al-Bakri unos 60-70 años después, merced a lo cual sabemos de sus descripciones con la precisión y la ecuanimidad que le darían renombre. Todo esto ocurriría cuando ni siquiera el califato de Córdoba existía ya.
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