Mañana primaveral. Wro tiene algo. La vaciaron. La volvieron a llenar. Miles de personas vivieron con las maletas hechas. Esperando. Esperar no es lo mío. Se debe ser paciente. Pero eso no nos hace mejores.
Camino. Pienso que necesito una bicicleta. Reuniones. Me sale el lado Conejo Duracell. Podría merendarme un mastín. Estoy rebosante. Es como si siempre hubiera estado aquí. Pero eso no hace a nadie mejorar.
Gestionar los sentimientos. Alta dirección lo llaman. Hay cientos de tomos y volúmenes de esos rollos. Virus, toxicidades, contagios. Parece obligatorio inocularse el virus luterano del amor al trabajo. Pero eso tampoco nos hace mejores.
Me paro. Llevo tres días comiendo fatal. Me acerco a un garito y me pido un plato de carne con patatas. Mira chico, que sí, que es estupendo que todos tengan dietas guays. Pero eso no me hace mejor y además soy omnívoro vocacional.
Hablo por los codos. Me cambian de idioma cada dos por tres. Casi prefiero a los estudiantes de banca de anoche. O se discute en polaco o no se discute, hostias.
Lo que nos hace mejores es lo mucho que queremos a los nuestros. Esa es la única fuerza para avanzar. No recuerdo nostalgia parecida. No muy lejos, tañe una campana.
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