Lleva tres días diciendo que le va a venir a buscar su papá. Ha estado conmigo, ha venido a visitarme a Wro. La he llevado por el Rynek nevado, por el primaveral y por el estival. Le he comprado globos, la he llevado a la Sala Stulecia, al Kinderpark, al parque, al río. Pero no estaba en casa con Mickey, guau, lala, kitty kitty. Por unos meses su papá se había ido y solo nos veíamos cuando su madre le daba el móvil con el skype puesto, y ella se iba sola a su cuarto para darle besitos a la pantalla. No dejaba a nadie sentarse en mi silla. ¡Es de papá!
Muchas noches dormía con una letra que me regaló mi nena antes de irme. De madera, de color rojo. La he agarrado muy fuerte para recordarme en todo momento quién tiene la llave de mi corazón. Derrites la nieve, lo aguantas todo por tocar el timbre.
¡Stefa! ¡Que ha venido el papá! Sale corriendo con los brazos estiradísimos al cielo. No sabemos qué decirnos, pero tenemos mucho tiempo para ponernos al día. Mira Papá, un columpio, y mira Papá, esto es una flor, y esto es un río pero tiene poco agua. Y he comido muy bien.
¿Te volverás a ir?
(bajito) Nunca más.
(bajito) Vale Papá.
(bajito) Vale.
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