Qué pasa Wro

Hace pocas horas que he llegado, el frío vuelve a cortarme la cara y mis meninges comienzan a carburar en su hábitat favorito. Percibo el Halne que baja del Tatra, gélido y calmo, en nada igual al Cierzo que tras el Moncayo cañonea mi ventana y que cada día venía empujádome, sin sutilezas, a vestirme el sayo de viaje.

La insoportable levedad de aquello que fuimos y lo abiertamente difuso de quienes seremos. El galimatías de ser como se es ha dado con mi osamenta en Wrocław. Yo mismo pienso que es un paso crítico, pero también necesario. Prefiero explorar los límites donde, se nos asegura, no se puede llegar, a vivir aborregado entre tanto recorte, cuadratura y sumisión genuflexa. Hace días lo pensaba, irse no es emigración, es evacuación. Sin darle más vueltas, estoy dándole de patadas a una situación estancada y en esas me encontrarás moviéndome durante estos dos meses en Wro.

Por aquí corren los vientos del cambio, si bien no pasearemos por el Gorki Park (menuda carrera en aquellos karts, verdad, Nacho?) como en la vetusta de los Scorpions pero sí que lo haremos por el Staromiejski. Estoy desentumeciendo mis extremidades, poco a poco. Si te veo o me ves por ahí, nos pagamos unas birras.

Grafitti de Blu en Wrocław 2013
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...