Tienen razón, a medias.
Plagada de estafas y desfalcos, según Pawlicki, la ayuda que la Unión provee a los nuevos países se pierde en intermediarios, mafias, caciques políticos y en general a cualquier bolsillo menos a la recuperación de los estados miembros hacia donde va dirigida. Esto provocaría que cada país se ocupara de sus propios asuntos mucho antes que de la unión, a la que le costará muchísimo esfuerzo emerger de la peor crisis económica de una sola pieza.Pero no conviene olvidar que los presupuestos son manejados por los países de mayor peso, y que de su mano está el cambiarlos si hiciese falta, por ejemplo:
- Cambiar las erróneas políticas agrarias que tanto lastran al pequeño productor, llevándose además el grueso del presupuestos anual de la UE.
- Cambiar las muy erróneas políticas de control de subsidios y ayudas. ¿Adónde va el dinero?
- Cambiar la idea de que somos un lobby económico y que detrás no hay nada más.
Y así, una tras otra, acometer las reformas del más preciado bien que hemos obtenido tras siglos de guerras y miserias: La Unión.



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